Para los que tienen menos de 22 años, o incluso algunos más, esta pregunta puede carecer de sentido. Incluso quizá más de uno no sepa bien qué es eso de la OTAN. Pero para los que tenemos más años, bastantes más, diría yo, esta pregunta sí que tiene un significado. Me explico.
La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) es una organización política y militar fundada después de la Segunda Guerra Mundial para contrarrestar la influencia y posible amenaza de la Unión Soviética y el bloque comunista en Europa y en el resto del mundo. Según los principios de esta organización, formada por varios países europeos y a la que unos meses después se adhirió Estados Unidos, si uno de los países firmantes del tratado se veía agredido los demás se obligaban a su defensa. Poco a poco se fueron sumando países a este tratado hasta sumar un total de 15 antes de la integración de España en el año 1982, bajo el gobierno de la UCD de Calvo Sotelo.
En aquel año de 1982 la mayor parte de la izquierda española protestó airadamente contra la adhesión de España a la OTAN y el PSOE, entonces en la oposición, aprovechó aquella protesta para hacer suya (quizá por puro interés electoral, quizá porque muchos militantes estaban realmente en contra) la consigna que publicitó sin descanso: "OTAN, de entrada NO" y prometió un referendum si llegaba al poder para sacar a España de la OTAN.
Ese mismo año (para el que escribe era la primera ocasión de votar) en las elecciones generales el PSOE arrasó y se constituyó el primer gobierno socialista de la joven democracia española con un Felipe González muy joven que consiguió crear un clima de ilusión nunca más generado. Era el auténtico cambio: una generación nueva, o varias, que dejaban atrás la España dividida del último siglo y medio y en especial del último medio siglo. Los cambios fueron muchos y, vistos desde hoy, pesa mucho más lo positivo que lo negativo (la España de hoy es infinitamente mejor que aquélla y quien lo niega es un mentiroso o un estúpido o ambas cosas).
Pero volvamos a lo de la OTAN. Muchos espérabamos el prometido referéndum y veíamos cómo el gobierno lo demoraba y cambiaba el discurso hasta que tres años y medio después lo convocó y puso en marcha toda su maquinaria mediática para convencer a los españoles que donde dije digo digo Diego y que estar en la OTAN era imprescindible para nuestra integración en Europa y romper el aislamiento internacional en el que llevábamos tanto tiempo.
La propuesta del Gobierno fue la siguiente: España entra en la OTAN pero no se integrará en su estructura militar, no se producirá tránsito de armas nucleares por territorio español y se producirá una progresiva reducción de las bases estadounidenses en España (entonces Rota, Torrejón y Zaragoza). La pregunta del referéndum tuvo su miga: "¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno?". El 12 de marzo de 1986 ya por la noche, más o menos a estas horas, nos enterábamos que había ganado el sí con el 52'5% . El no obtuvo un 39'8%. Veintidós años después estamos integrados en la estructura militar, no sabemos si han transitado por España armas nucleares y la base de Rota es la mayor base estadounidense en toda Europa. Además la Unión Soviética no existe, la guerra fría es pasado y el papel de la OTAN es beneficiar los intereses estadounidenses en cualquier lugar del mundo y en especial en todo Oriente.
Pero lo que a muchos nos importó de verdad es que vivimos en alma propia cómo nuestras incipientes ilusiones políticas se iban por las alcantarillas del engaño y del pragmatismo al ver que "i llegados son iguales" los que dicen una cosa y los otros. Son ya veintidós años los que llevo mirando la política como miro a dios: con interés (me va mucho en juego) pero con una desconfianza absoluta en el protagonista y en los intérpretes.
Francisco M. Pavón
2 comentarios:
Ejemplo de claridad expositiva. Y de razón. Impresionante, Fran. ¡Hay que casarse contigo!
Fran me parece estupenda la postura.Hacen falta que se levanten más voces en lugar de que gritéis unos pocos.
Preciosa la última frase.
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