lunes, 16 de junio de 2008

¡Así, NO!

La huelga de transportista está dejando graves secuelas en el país, tanto políticas, económicas como para la sociedad, que se ha visto sensiblemente afectada por la ausencia de alimentos y el incremento del precio de aquellos que sí han llegado a los comercios.

Pero las secuelas más importantes y significativas no han sido ninguna de las mencionadas anteriormente, sino la muerte de un transportista y la quema y destrozos de camiones y otros mobiliarios que los camioneros han ocasionado. Esto no son maneras de defender aquello que creemos que nos pertenece, en este caso un menor coste del petróleo.

El trabajador debe defender sus derechos, así como todo aquello que crea que juegue en su beneficio y el de las empresas para que trabajan, pero siempre sin pasar de los límites marcados y sin perjudicar a terceras personas. Esto está ocurriendo en este caso, donde los transportistas ha ido más allá de las protestas por el alto precio del petróleo, llegando incluso a quemar camiones, impedir el servicio de camiones para abastecer de alimento a la población...

En definitiva, los transportistas, sin dejar de defender sus principios, deben cambiar las formas de actuar. De este modo, no seguirían ocurriendo altercados públicos y sería posible llegar a un entendimiento.

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